La música tiene su lugar en la biblioteca
Artículo de la redacción de la ACIM*
La música es un lenguaje universal destinado a atraer y unir a todos los ciudadanos, independientemente de su origen y sus categorías socio-profesionales. Si la escucha y la práctica musical siguen creciendo en todo el mundo, por contra la cultura musical se pasa por alto en el plano institucional francés muy a menudo, con raras excepciones, y nunca ha sido tenido en cuenta por los agentes económicos más preocupados por la rentabilidad económica de sus inversiones que por la diversidad musical.
El difunto «Conseil Supérieur des Bibliothèques» constató en diversos informes que el lugar de la música sigue siendo insuficiente en las bibliotecas. A pesar de que esta situación persiste a nivel mundial, la música en la biblioteca de está debilitada por la disminución de los préstamos, el desarrollo de la escucha y descarga en línea. Por esto, muchas nuevas mediatecas han abierto recientemente sin ofrecer la totalidad de la documentación musical (libros, partituras, dvd y discos compactos) o incluso sin música.
Esta elección parece un grave error porque la oferta muscial en la biblioteca no puede reducirse a un terminal de descargar o un recurso en línea. Si el lugar del soporte CD pudiera ser llevado a reducirse a medio plazo, su presencia sigue siendo por ahora la mejor manera de materializar en nuestros locales una oferta musical híbrida, es decir, mezclando colecciones físicas y colecciones en soporte electrónico.
Renunciar a la música en la biblioteca sería abandonarla a los agentes del sector comercial que no tienen ninguna preocupación por la diversidad y la sostenibilidad de las obras musicales. No todo está en la red ni todo está visible. A pesar de su aparente abundancia (más de 7 a 8 millones de títulos anunciados en las plataformas de streaming), la oferta de música en línea es aún incompleta en lo que respecta al consumo de la música.
La música constituye una práctica cultural importante en nuestras sociedades, así como la literatura o el cine. Ahora bien, las prácticas culturales no son herméticas. Renunciar a la música en la biblioteca también puede, mediante la eliminación de los vínculos entre ellas, a cuestionar, a un público ecléctico, el interés por las colecciones de la literatura y el cine.
Recordamos a propósito el artículo 7 de la Carta de las bibliotecas, que estipula que: «Las colecciones de la biblioteca de las instituciones públicas deben ser representativas, cada uno a su nivel o su especialidad, del conjunto del conocimiento, las escuelas de pensamiento y las producciones editoriales»
Finalmente, parece importante que las mediatecas sigan desempeñando un papel preponderante en el desarrollo de la cultura musical con la ayuda de una amplia oferta documental pero también con conciertos y entretenimiento en cualquiera de sus formas (conferencias, talleres creación musical, etc) .. En algunos lugares, la mediateca es el único punto de acceso no comercial para la música.
Acompañando a estas nuevas prácticas, las bibliotecas tienen un papel importante que desempeñar en el campo de la educación y la cultura musical pública, especialmente para las nuevas generaciones.
(Texto final adoptado por la Asamblea General de la ACIM del 28 de marzo de 2011 en Auxerre.)
Traducido de la web de los Bibliotecarios Musicales de Picardía. (perdonad los posibles errores… )
*La ACIM es la Association de Coopération des professionnels de l’Information Musicale de Francia
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Bonjour,
Un grand merci pour avoir traduit et diffusé ce manifeste.
NB, membre de l’ACIM
Pas du tout!
En Francia existe mucha y muy buena información sobre documentación musical, y las cosas buenas hay que compartirlas. Tengo un par más de artículos muy interesantes, pero poco tiempo para traducirlos… 🙂
¡Un saludo, Nicolas!