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La catalogación de obras musicales (I) vista por una estudiante de Musicología.

La semana del 25 al 29 el Col.legi Profesional de Bibliotecaris i Documentalistes de la Comunitat Valenciana (COBDCV) organizó el Curso de Catalogación de Obras Musicales, con Clara Costa y Àlida Reig -del Instituto Valenciano de la Música- como profesoras. Pregunté a dos de las alumnas si les gustaría escribir unas palabras que recojan su opinión sobre el curso, y han accedido encantadas, lo cual les agradezco muchísimo. Aprovecho para comenzar una apartado de Invitad@s, en el que se irán recopilando todas estas participaciones. Desde aquí os animo a que si quereis escribir sobre algún tema relacionado con Bibliotecas, Archivos, Centros de Documentación, Colecciones… musicales, y os gustaría compartirlo, no dudeis en poneros en contacto conmigo: papelesdemusica[arroba]gmail.com.

Así que vamos a conocer dos puntos de vista sobre el aprendizaje de la catalogación de documentos musicales de dos estudiantes de disciplinas diferentes: Marga Jaume, una estupenda estudiante que ha finalizado este año sus estudios de la Licenciatura en Documentación en la Universidad Politécnica de Valencia (la podreis leer el martes que viene) y Oli García, una simpática gaditana que ha finalizado este año el Grado Musicología en el Conservatorio Superior de Música de Sevilla y que ha tenido sus primeros contactos con archivos musicales durante sus estudios. Esta última nos escribe hoy sobre su experiencia con el curso, y la tercera invitada (día 24 de julio) nos hablará de la sesión de bases de datos y digitalización del 19º Congreso de la International Musicological Society, finalizado hace sólo unos días.

Oli García López

Hace dos semanas, aprovechando que acababa de terminar las últimas asignaturas de mis estudios de Musicología en el Conservatorio Superior de Sevilla, y en vísperas de un verano concentrada en finalizar mi trabajo fin de carrera que, entre otras cosas, incluía el catálogo de las obras musicales de un compositor, me fui a Valencia al curso relacionado con el tema que organizaba el COBDCV. Ni que decir tiene que estoy encantada de poder compartirlo con el resto de lectores de Papeles de Música, y así colaborar con este blog, que confieso: ¡Me tiene enganchada!

La catalogación de obras musicales es un tema que interesa mucho a los musicólogos, pues antes de emprender cualquier tipo de estudio sobre un repertorio musical concreto, ya sea de un compositor o de una institución (véase catedrales, conventos), en primer lugar es necesario catalogarlo. El principal problema con el que se suele topar la mayoría de musicólogos es su falta de conocimientos de catalogación, algo que, en mi humilde opinión, habría que intentar subsanar. Por eso me parece genial que estén empezando a surgir iniciativas como ésta o como la creación del Máster Propio “Gestión de la Documentación Musical” en la UAM, que apuestan por este tipo de formación.

Y es que cada vez se hace más evidente la necesidad de especialistas en este tema, pues muchos son los archivos y bibliotecas que disponen de gran cantidad de música notada, por no hablar de los propiamente musicales como el Archivo Vasco de la Música Eresbil (Rentería) o el Archivo Manuel de Falla (Granada), entre otros, sin olvidar, por supuesto, las propias bibliotecas de los Conservatorios de Música. Para todos ellos se precisa personal que aúne conocimientos musicales y de documentación, por lo que cada vez se hace más urgente el desarrollo de la disciplina Documentación Musical en nuestro país.

Dejando de lado la importancia del tema, que no creo que ninguno de los lectores de PdM ponga en duda, pasamos a hablar propiamente del Curso de Catalogación de Obras Musicales impartido en Valencia del 25 al 29 de junio.

Sinceramente, todo son palabras de elogio para las profesoras Clara Costa y Àlida Reig, ambas del Instituto Valenciano de la Música, quienes en apenas 20 horas de clase fueron capaces de exponer con claridad y eficacia las pautas a seguir en la catalogación de música notada. Sin embargo, lejos de haber sido una exposición teórica sin más, cada explicación venía acompañada de casos prácticos, e inevitablemente interrumpida, para fortuna de todos, con cientos de preguntas que destapaban las múltiples posibilidades de casuística existentes. Y digo para fortuna de todos, porque todos hemos aprendido enormemente con cada pregunta que se salía del guión, a la que las profesoras respondían amable e incansablemente, llegando incluso a dar lugar a interesantes debates.

Las prácticas con partituras impresas y manuscritas, que realizábamos en pequeños grupos previo a la puesta en común con el resto, nos han mostrado las dificultades que se plantean a la hora de catalogar este material tan especial. Y después de este breve pero intenso curso, creo que todos estamos en condiciones de afrontar esta tarea.

Como colofón, el último día del curso tuvimos el placer de visitar el archivo musical de la Catedral de Valencia guiados por el padre José Climent i Barber, y también el del Real Colegio Seminario del Corpus Christi o del Patriarca. Ambos centros, además de custodiar manuscritos y cantorales de gran valor -que tuvieron la amabilidad de dejarnos ver-, nos permitieron hacernos una idea de la realidad del trabajo como documentalista musical y su importante labor dentro de la conservación y difusión de nuestro patrimonio musical tan desconocido.

Muchas gracias a Oli, esperando que continúes con ese entusiasmo y sin perder de vista la importancia que las técnicas documentales tienen para los que estudian las fuentes musicales.